FESTIVAL PIANISSIMO – CONCIERTOS DE J. S. BACH A 2, 3 Y 4 PIANOS

En cooperación con el FESTIVAL INTERNACIONAL DE COLONIA

Jueves 14 de noviembre, 19:30hs, Teatro Solís

Entradas en venta Tickantel y boletería del teatro $280

 

Directora: Ligia Amadio

Solistas: Beatrice Long y Christina Long (Taiwan/EUA), Eduardo Monteiro (Brasil), Julian Jacobson

(Gran Bretaña), Ciro Foderé (Uruguay), Chee Hang See (Singapur), Matías Ferreyra (Uruguay) y

Enrique Graf (Uruguay)

 

Programa:

JOHANN SEBASTIAN BACH

Concierto para dos pianos y orquesta, BWV 1061, en do mayor (17`)

Solistas: Beatrice Long y Christina Long (Taiwan/EUA)

Concierto para tres pianos y orquesta, BWV 1063, en re menor (16`)

Solistas: Ciro Fodere (Uruguay) Chee Hang See (Singapur) y Julian Jacobson (Gran Bretaña)

Concierto para dos pianos y orquesta BWV 1060, en do menor (14`)

Solistas: Beatrice y Christina Long (Taiwan/EEUU)

Concierto para cuatro pianos y orquesta BWV 1065, en la menor (10`)

Solistas:  Ciro Fodere (Uruguay), Eduardo Monteiro (Brasil), Matias Ferreyra (Uruguay) y Enrique Graf (Uruguay)   

 

 

Johann Sebastian Bach - Conciertos para teclado y orquesta BWV 1060, 1061, 1063 y 1065

 

Johann Sebastian Bach (Eisenach, 1685 – Leipzig, 1750) desarrolla de manera notable la forma concierto durante el Barroco, período en el que se afianza el concepto de orquesta y de concierto como género musical. En este marco, Bach produce, entre otros, los conciertos para violín y orquesta de cuerdas (BWV 1041 a 1043), los seis Conciertos para varios instrumentos conocidos como Conciertos brandenburgueses (BWV 1046 a 1051), y los conciertos para uno, dos, tres y cuatro claves y orquesta de cuerdas (BWV 1052 a 1065), de los que forman parte los cuatro conciertos que hoy se escuchan.

Hemos acostumbrado nuestra audición a la interpretación de estos conciertos en el piano moderno, es decir, en el sucesor del clavicordio, de cuerda percutida, que llega a su culminación tecnológica en el Romanticismo; sin embargo, fueron concebidos para clavicembalo, el instrumento que llega a su madurez en el Barroco. El clave, con su mecanismo de cuerda pellizcada, con un martinete que incluye la púa que puntea la cuerda y un apagador, reina en ese período tanto en su versión de pie, conocido con el nombre italiano pero también como clavecin en Francia y harpsichord en Inglaterra, y la de mesa, spinetta, épinette o virginal, versión más utilizada por los aficionados, y sobre todo, con adscripción femenina predominante en cuanto a género.

Varios de estos conciertos de Bach derivan de obras anteriores, y su concepción, que genera debate sobre los orígenes de cada obra hasta la actualidad, fue analizada por primera vez por Johann Nikolaus Forkel, uno de los fundadores de la Musicología Histórica y autor de la primera biografía de Bach, publicada en 1802.

 

Según Forkel, el Concierto para dos claves en do mayor (BWV 1061) tiene su origen en una obra escrita sólo para dos claves, caso único en la serie; el acompañamiento orquestal fue añadido posteriormente, aspecto que se evidencia en su papel subordinado: sólo aparece en determinadas cadencias. Su último movimiento toma la forma de una fuga.

El Concierto para tres claves en re menor (BWV 1063) es el que ha generado más discusión sobre su origen: un concierto para tres violines solistas o un concierto perdido para violín, flauta y oboe. También se ha planteado la posible intervención de los hijos de Bach en su creación. Un clave destaca sobre los otros, aspecto que lo diferencia del resto. Interesa especialmente el segundo movimiento, Alla siciliana, que evidencia el interés de Bach por los estilos italianos.

El Concierto para dos claves y orquesta en do menor (BWV 1060), considerado una de las más valiosos de este grupo de obras, es reelaboración de un concierto para violín y oboe como solistas, que se considera perdido. Es un ejemplo del dominio de Bach en la escritura polifónica, y muestra influencia directa de la escuela veneciana en su virtuosismo y en los efectos de eco.

El Concierto para cuatro claves y orquesta en la menor (BWV 1065) tiene también como antecedente el contacto de Bach con la música italiana y, en especial, con L’ estro armónico, una colección de conciertos de Antonio Vivaldi. Bach profundizó en la estructura del concerto grosso, caracterizado por la alternancia – el esquema de llamada y respuesta tan frecuente en la forma concierto - entre el tutti o ripieno de la orquesta y el instrumento con función de concertino. En este marco abordó la adaptación del Concierto para cuatro violines en si menor (RV 580) de Vivaldi para cuatro claves y orquesta; es el único caso en que Bach no se basa en su propia música para elaborar un concierto, si bien introduce modificaciones, como el enriquecimiento del bajo cifrado y el aumento del cromatismo. La textura instrumental varía, y los claves son agrupados de a dos, tres o cuatro, con o sin el tutti de la orquesta; el protagonismo de los solistas va fluctuando de uno a otro. Este juego en el tejido instrumental es otra muestra del oficio de Bach, y magnífico cierre para este recorrido por parte de su obra para teclado.

 

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Marita Fornaro Bordolli

Centro de Investigación en Artes Musicales y Escénicas/

Escuela Universitaria de Música

Universidad de la República