18 de setiembre, 19:30hs, Teatro Solís.
El sexto concierto de la Temporada Principal de la Filarmónica contará con la dirección de Martín García y propone el disfrute de las grandes emociones transmitidas por la Sinfonía Nº4 y el reconocido Concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky, junto a una Suite de Britten inspirada en temas de Rossini.
Director: Martín García
Solista: Moonkyung Lee (violín)
Programa:
BENJAMIN BRITTEN Soirées musicales 12’
PIOTR ILICH TCHAIKOVSKY Concierto para violín 34’
Allegro moderato—Moderato assai
Canzonetta. Andante
Finale. Allegro vivacissimo
PIOTR ILICH TCHAIKOVSKY Sinfonía Nº4 44’
Andante sostenuto - Moderato con anima
Andantino in modo di Canzona Scherzo.
Pizzicato ostinato.
Allegro Finale.
Allegro con fuoco
Apoya: Embajada de Corea
Precios
Anticipadas hasta el 30 de junio: $390.
Precio full desde el 1 de julio: $590.
Financia: Visa
Descuentos y beneficios:
Personas ciegas: sin costo
Personas en silla de ruedas: 50% de descuento.
Club El País: 2x1
Tarjeta Solidaria FUCVAM: 20% de descuento
Cupos limitados sin costo:
Cupo Programa Montevideo Libre.
Socio Espectacular.
Precio full desde el 1 de julio: $590.
Financia: Visa
Descuentos y beneficios:
Personas ciegas: sin costo
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Club El País: 2x1
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Cupos limitados sin costo:
Cupo Programa Montevideo Libre.
Socio Espectacular (Desde el 18/8).
MARTÍN GARCÍA
Desde enero de 2022, Martín García es Director Artístico y Musical de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, elenco con el que debutó profesionalmente a los veintiún años como alumno de Federico García Vigil.
Su actividad como director sinfónico se extiende a lo largo de más de dos décadas al frente de más de veinte orquestas de Uruguay, Argentina, Brasil, España, Italia, Ucrania, Bulgaria, Austria y Estados Unidos. Fue director musical del Ballet del SODRE y director artístico-musical de la OSSODRE, donde también ha actuado como invitado desde 2003.
En 2004 fue galardonado con el 2º Premio en el Concurso Internacional de Directores Vakhtang Jordania realizado en Ucrania; en 2010 con un Premio Morosoli a la Cultura y en 2014 recibió un reconocimiento del Teatro Solís. Como académico destaca su investigación sobre la obra sinfónica de Eduardo Fabini, financiado por la Udelar. Su formación incluye una Licenciatura de la Escuela Universitaria de Música, Udelar; una Maestría en la Universidad del Norte de Colorado (EEUU) y los cursos de la Academia Chigiana de Siena.
Es profesor de Dirección Orquestal en el Instituto de Música de la Facultad de Artes, representante de la UdelaR en la Comisión Asesora en Educación Artística del MEC e integrante de la Comisión del Fondo Nacional de Música. Desde 2023 García es colaborador del programa No Toquen Nada de Del Sol FM.
MOONKYUNG LEE
La aclamada violinista Moonkyung Lee ha deleitado al público de toda Europa, Estados Unidos y Corea con sus expresivas actuaciones.
La grabación debut de “Tchaikovsky Works for Violin and Orchestra”, lanzada en Navona Records con la Orquesta Sinfónica de Londres y el ingeniero ganador del Grammy Steve Price, recibió elogios entusiastas tanto del público como de la crítica. Tchaikovsky Works for Violin and Orchestra fue premiado en los Global Music Awards 2017, y el CFBX FM de Canadá la seleccionó como sus "Top 5 Classical Albums". También fue elegido por Spotify para su lista de reproducción de "Clasical New Releases", Sérénade mélancolique, Op. 26.
Lee es profesora adjunta de violín en la Universidad de Seúl y recibió su Licenciatura en Música del Conservatorio de Nueva Inglaterra de Boston, donde se graduó en una beca con honores. Asimismo, obtuvo una maestría en Música de la Universidad de Yale, también con una beca, obtuvo su doctorado en la Universidad de Nueva York.
Moonkyung toca un violín de Vuillaume de 1845 anteriormente propiedad de Jack Benny.
COMENTARIOS DE LAS OBRAS
Benjamin Britten – Soirées musicales, op. 9
Benjamin Britten (Lowestoft, Inglaterra, 1913 – Aldeburgh, Inglaterra, 1976) es uno de los compositores más destacados del siglo XX inglés; desarrolla su carrera también como director orquestal y pianista. Su talento se evidencia desde su niñez, en un ambiente conservador en el que su madre apoya su inclinación musical. Se ha destacado la particularidad de que Britten es uno de los últimos compositores que forma su repertorio musical de niñez y adolescencia sólo con música en vivo, ya que su padre se opuso a que en su hogar existieran un reproductor de música o una radio, a pesar de que en esa ´época de la vida del músico ya eran tecnologías ampliamente adoptadas.
Britten se forma en el Royal College of Music de Londres y con el compositor Frank Bridge. Indaga en el folklore británico, admira a Purcell, y tiene un conocimiento extraordinario de los repertorios académicos. Su obra puede definirse como ecléctica, aunque considerado un clásico en Inglaterra. Se interesa especialmente por la escritura operística, incluso de óperas de pequeño formato, además de cultivar otros géneros. Incursionó en el lenguaje de la música para cine y también en la escritura para niños y músicos aficionados. Con el estreno de la ópera Peter Grimes en 1945 logra el reconocimiento internacional. En su vida personal destacan su defensa del pacifismo en un período en que Europa - y en especial el Reino Unido – se enfrentan a la Segunda Guerra Mundial y la aceptación pública de su homosexualidad y su pareja, Peter Pears, a quien dedica importantes ciclos de canciones. Emigra con Pears a Estados Unidos en 1939, donde permanecen hasta 1942 y donde se declaran objetores de conciencia para marcar su rechazo a la guerra. Siempre debió enfrentarse a la crítica hostil, a pesar del reconocimiento logrado. Un mes después del estreno de Peter Grimes, Britten y Yehudi Menuhin viajaron a Alemania para ofrecer recitales a los supervivientes de los campos de concentración. Britten se conmovió de tal manera ante las circunstancias que se negó a hablar de ello hasta poco antes de su muerte, cuando comentó a Pears que esa experiencia había influido con fuerza en toda su producción posterior.
Las Soirées musicales constituyen una suite de cinco movimientos en la que Britten parte de música compuesta por Gioachino Rossini El título deriva de una obra de Rossini del mismo nombre. Nace como música para el cortometraje The Tocher (1935); Britten utiliza tres melodías de Rossini en una partitura para voces de niños, vientos, piano y percusión. Las partituras de origen son la marcha de los soldados de Guillermo Tell y dos piezas de las Soirées musicales de Rossini: la canzoneta La promessa y el bolero L´invito.
En 1937 Britten reescribe la partitura para orquesta y añade dos movimientos basados en La pastorella dellÁlpi, una “tirolesa” de las mismas Soirées, y La Charité, una tarantela tomada de Trois Choeurs religieux, también de Rossini. La obra fue utilizada para un ballet del coreógrafo Antony Tudor. En 1941, Lincoln Kirstein buscaba un nuevo ballet para una gira sudamericana del American Ballet. Britten compuso otra suite según Rossini, Matinées musicales. La unió a la música de las Soirées y añadió la obertura de La Cenerentola como final para crear Divertimento, que fue coreografiado por George Balanchine.
Las Soirées son algo más que un arreglo: Britten conserva melodía y armonía de las obras de Rossini, pero expande con especial maestría los vientos y los recursos de la percusión propios de una orquesta del siglo XX, y ocasionalmente agrega toques de parodia, con el espíritu de un pastiche.
Piotr Ilich Tchaikovsky – Concierto para violín en Re Mayor OP.35
Compositor mayor del romanticismo ruso, Piotr Ilich Tchaikovsky (Vótkinsk, Imperio Ruso, 1840 - San Petersburgo, 1893) logra sintetizar un nuevo lenguaje compositivo en el que las tradiciones de la música sinfónica de la Europa Occidental se unen a elementos locales. Como han anotado varios analistas, su estilo logró unificar las innovaciones de Beethoven y Schumann con la obra de Glinka, e ir más allá de las ideas de Liszt y Berlioz respecto a la música programática y su capacidad descriptiva, añadiéndole profundidad en aspectos literarios y psicológicos.
La producción de Tchaikovsky incluye los más importantes géneros del período: sinfonías, ballets, ópera, conciertos, poemas sinfónicos. Se destaca en el panorama ruso por su estilo más cosmopolita y ecléctico, de especial talento respecto a la orquestación, al desarrollo de motivos melódicos y a la síntesis de la tradición de Occidente con elementos de las músicas tradicionales rusas.
Tchaikovsky representa el espíritu romántico por excelencia, al que se une el conflicto sobre su homosexualidad inaceptable para la moral de la época. El romanticismo exacerbado se manifiesta en su desmesura en la composición y en su búsqueda de lo popular con la diversidad ofrecida en un Imperio que aalojaba múltiples culturas y músicas.
El Concierto para violín y orquesta es obra obligada del repertorio actual para los violinistas de élite. Fue compuesto en el “exilio” autoimpuesto por el compositor durante 1878 en Suiza -en la villa de Clarens-, un año después de su fallido matrimonio con su ex-alumna Antonina Miliukova. La obra fue concebida y concluida en un período muy breve, entre marzo y abril de 1878. El compositor contó con el asesoramiento del ex-alumno y violinista ruso Iósif Kotek, quien lo habría guiado en los aspectos técnicos violinísticos; en un primero momento Tchaikovsky se propuso dedicárselo pero finalmente lo dedicó al famoso virtuoso Leopold Auer. Sin embargo, Kotek y Auer consideraron el concierto como imposible de interpretar por las dificultades técnicas.
El estreno de la obra se produjo algunos años después, en 1881, interpretado en Viena por el violinista ruso Adolf Brodsky, quien finalmente recibió la dedicatoria. Este estreno estuvo signado por la fuerte reacción del público austriaco y la crítica especializada de la época fue demoledora con la obra y con el compositor; tal vez por la omnipresente rusofobia en el Occidente europeo. De hecho el comentario del reputado crítico Eduard Hanslick nos remite con claridad a ese sentir: “nos transporta a la brutal y espantosa jovialidad de una celebración de iglesia rusa. Vemos una gran cantidad de caras burdas y soeces, escuchamos insultos groseros y olemos el aliento a alcohol”. Años después, cuando Leopold Auer finalmente aceptara el concierto y lo hiciera mundialmente famoso -instando a su virtuosos alumnos Heifetz y Milstein a tocarlo- comentó sobre la crítca de Hanslick “el hecho de que el último movimiento tuviera un ligero aroma a vodka [...] no estaba acorde con su buen juicio ni con su reputación como crítico”.
El Allegro moderato presenta una corta introducción en la que los violines esbozan el primer tema que el solista expone de manera definitiva. El virtuosismo ya aparece en este comienzo. La cadenza se incluye antes de la reexposición. El segundo movimiento, Canzonetta, se caracteriza por el desarrollo melódico, con diálogo entre el violín solista y las maderas. Finalmente, el Allegro vivacissimo incluye un tema con reminiscencias de música romaní y una danza popular. El movimiento es virtuosístico y de extrema brillantez.
Piotr Ilich Tchaikovsky - Sinfonía N° 4 opus 36.
La Cuarta Sinfonía es la primera en la que Tchaikovsky trata el tema del destino, no como elemento a ser desafiado – como sucede en Beethoven – sino como aquello a lo que deben resignarse los humanos. Se corresponde también con el período de angustia de su fracasado matrimonio. El compositor busca que el concepto de fatum constituya el núcleo de una obra programática, con el modelo de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Tchaikovsky escribe a Nadezhda von Meck, su benefactora: "La Introducción es el germen, la quintaesencia, el principal pensamiento de toda la sinfonía. Este es el destino, el fatal poder que impide que el ansia de felicidad llegue a su meta, que cuida celosamente que la dicha y la paz no logren imponerse, que el cielo no esté libre de nubes: una fuerza que pende constantemente sobre nosotros como una espada de Damocles, y que incesantemente enturbia nuestro espíritu. Este poder es todopoderoso e invencible. No nos queda otro recurso que someternos y lamentarnos en vano". Sobre esta idea desarrolla el Primer Movimiento, de excepcional longitud, con forma de allegro de sonata. Luego de la fanfarria inicial, el primer tema de la exposición tiene ritmo de vals y es presentado por las cuerdas. El segundo tema es expuesto por el clarinete, y se agrega un tercero, dividido entre cuerdas y maderas. En el desarrollo aparece nuevamente el tema del destino: la recapitulación asume el primer tema en fortissimo; a la que siguen el segundo y el tercer tema, y retorna el tema del destino iniciando la coda final.
El Segundo Movimiento es presentado con la reflexión de que “Es triste pero dulce a la vez sumirse en el pasado”. Está escrito en forma de lied A/B/A, con un primer tema que pasa del oboe a los violoncelos. Después de su repetición, las maderas presentan el tema intermedio de carácter más vivaz. Luego retorna el primer tema que tiene una fase de desarrollo.
El Tercer Movimiento, un scherzo, consiste en un pizzicato ostinato. El tema, interpretado por las cuerdas en pizzicato, está constituido por dos frases rápidas que se van repitiendo. El trio es tomado por los oboes y luego pasa al grupo de las maderas. Mas tarde los metales introducen un nuevo tema. El scherzo se repite con su pizzicato, para llegar hasta una trabajada coda en la que se insertan partes del trio. El movimiento incluye la descripción de una escena popular: “Imágenes intangibles, como las que nos vienen a la mente cuando hemos bebido vino...La imagen de campesinos ebrios, una canción callejera..., a lo lejos, en alguna parte, desfila una parada militar”. El compositor las concibe como imágenes irreales, “extrañas y absurdas”. Este movimiento se destaca por la instrumentación. La parte A está a cargo de las cuerdas en pizzicato: contrasta con la parte B, a cargo de las maderas, mientras que la marcha militar es confiada, lógicamente, a los metales.
El Allegro final busca representar una gran fiesta popular; el tema está basado en la canción popular rusa El abedul. La percusión tiene un papel destacado en la textura. Por otra parte la Cuarta Sinfonía es la primer obra de Tchaikovsky con estructura cíclica, pues retoma el tema del Primer Movimiento en el final: la alegría de los otros, vedada al propio compositor, es interrumpida por el destino. En toda la obra la música busca expresar un programa conceptual, aspecto que dificultó su recepción. El compositor volverá al tema del fatum en sus dos últimas sinfonías; en ésta adopta un lenguaje orquestal absolutamente romántico, marcado por su inspiración rusa, un lenguaje de síntesis del que serán herederos destacados creadores rusos que constituyeron una tradición de hibridación con Occidente.
Marita Fornaro Bordolli – Ernesto Abrines
Centro de Investigación en Artes Musicales y Escénicas
Departamento de Ciencias Sociales, CENUR Litoral Norte
Universidad de la República