NUEVO MUNDO

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31 de agosto de 2022, Teatro Solís, 19:30hs.

ORQUESTA FILARMÓNICA DE MONTEVIDEO

Director invitado: Roberto Tibiriçá
Solista: Federico Curti (oboe)

Programa:

CARLOS GOMES
Obertura de la ópera Fosca (6')

VAUGHAN WILLIAMS
Concierto para oboe y orquesta de cuerdas (18')
    I. Rondo Pastorale (Allegro moderato)
    II. Minuet y Musette (Allegro moderato)
    III. Scherzo (Presto-doppio piu lento - lento - presto)

Solista: Federico Curti (oboe)

ANTONIN DVORAK
Sinfonía Nº 9 “del Nuevo Mundo” (40')

    I. Adagio – Allegro molto
    II. Largo
    III. Scherzo: Molto vivace – Poco sostenuto
    IV.  Allegro con fuoco

 


ROBERTO TIBIRIÇÁ
Nació en São Paulo y recibió orientaciones de Guiomar Novaes, Magda Tagliaferro, Dinorah de Carvalho, Nelson Freire y Gilberto Tinetti. Fue discípulo del maestro Eleazar de Carvalho, con quien tuvo la oportunidad de trabajar durante 18 años, después de haber obtenido el Concurso para Jóvenes Directores de la OSESP en dos ediciones seguidas.
Ocupó el cargo de Director Asistente en el Teatro Nacional de San Carlos (Lisboa / Portugal) y en 1994 se convirtió en Director Artístico y director de la orquesta sinfónica de Brasil. Entre 2000 y 2004, fue Director Artístico y Titular de la Orquesta Petrobras Sinfónica y, entre 2005 y 2011, Director Artístico de la Sinfónica Heliópolis, del Instituto Baccarelli (SP). En 2010 asumió como Director Titular de la Orquesta Sinfónica de Minas Gerais donde permaneció hasta 2013. Fue también Director Titular y Director Artístico de la Orquesta Sinfónica de Campinas (SP), de la Orquesta Filarmónica de São Bernardo do Campo (SP) y de la Orquesta Sinfónica del SODRE.
En Río de Janeiro fue elegido por la crítica como el Músico del Año 1995 y recibió el Premio "Estácio de Sá", por su trabajo con la Orquesta Sinfónica Brasileña. Participó en el Festival Martha Argerich, en Buenos Aires, por invitación de la propia artista, en 2001 y 2004. Hace algunos años es invitado al Festival Villa-Lobos, Venezuela, dirigiendo conciertos con la Orquesta Simón Bolívar.
Recibió en 2010 y 2011 el XIII y XIV Premio Carlos Gomes como Mejor Director Sinfónico (por su trabajo con la Orquesta Sinfónica de Minas Gerais y la Sinfónica Heliópolis, del Instituto Baccarelli). En 2011 le otorgaron la Orden del Ipiranga del Estado de São Paulo, la Gran Medalla Presidente Juscelino Kubitschek (otorgada por el Gobierno de Minas Gerais) y el Premio APCA (Asociación de los Críticos Musicales de São Paulo) como Mejor Regente (por su trabajo con la Sinfónica Heliópolis y con la Orquesta Sinfónica de Minas Gerais). Integra la Academia Brasileña de Música y es Miembro Honorario de la Academia Nacional de Música, RJ.
En 2020 realizó "Cartas Portuguesas” del compositor João Guilherme Ripper, junto a la Orquestra Sinfônica do Estado de São Paulo, y grabó para el sello NAXUS los Choros para Clarinete, Piano, Viola, Violoncello y la pieza Flor de Tremembé, de Camargo Guarnieri.


FEDERICO CURTI
Primer oboe solista de la Orquesta Filarmónica de Montevideo y de la OSSODRE, profesor en la Escuela Universitaria de Música del Uruguay.
Titulado como Master of Music en la Hochschule Für Musik und Darstellende Kunst Stuttgart (Alemania) con la máxima calificación en la clase del Maestro Christian Schmitt.
Federico comienza sus estudios musicales en la Escuela de Iniciación Musical de Educación Primaria “Virgilio Scarabelli Alberti”. Su primer contacto con el oboe es a través del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles del Uruguay donde recibe clases de la profesora Elvira Casanova. Posteriormente ingresa a la Escuela Universitaria de Música siguiendo la guía de la Profesora Casanova, paralelamente recibe clases del Profesor Néstor Garrote en Buenos Aires, Argentina.
En el año 2008 es admitido en la cátedra de oboe del Profesor Jaime Martínez en Venezuela. Al año siguiente ingresa al Conservatorio Nacional Regional de Niza (Francia) donde se gradúa con el Diploma de Estudios Musicales en la cátedra del Profesor Vincent Tizon. Luego de culminar sus estudios de Diploma, viaja a París para perfeccionarse con el Profesor Daniel Arrignon en el Conservatorio Nacional Regional de Rueil Malmaison donde obtiene un primer premio de especialización con las más altas calificaciones.
Desarrolla una importante labor de difusión de la música latinoamericana y creación de música nacional en conciertos de cámara y festivales internacionales. Participa como solista junto a la OSSODRE, Orquesta Filarmónica de Montevideo, Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe (Argentina), Orquesta Sinfónica de la Serena (Chile), interpretando los conciertos clásicos del repertorio.
Federico Curti es artista exclusivo de la marca Rigoutat y tiene el placer de tocar con un oboe modelo J.
Antônio Carlos Gomes – Obertura de Fosca

Antônio Carlos Gomes (São Carlos, Campinas, 1836 – Belem, 1896) fue el primer compositor latinoamericano aceptado ampliamente en Europa. Con un talento musical evidente desde su niñez, su pasaje por el Conservatorio Imperial de Rio de Janeiro acentuó su admiración por la ópera y por los modelos compositivos de Rossini, Bellini, Donizetti y Verdi. Continuó sus estudios en el Conservatorio de Milán. Su ópera Il Guarany, de tema indígena – simplificación de la novela que le da origen -  fue estrenada en el Teatro Scala  en 1870,  con extraordinario éxito;   tuvo un récord de presentaciones en Milán, superada sólo por la Aída de Verdi. Su estreno latinoamericano tuvo lugar en diciembre de ese año en Rio, en ocasión del cumpleaños del emperador Pedro II, a quien Gomes veía como un posible conductor de una especie de Risorgimento brasileño.
Gomes se interesa en los temas de conflicto social de su época y los utiliza en algunas de sus óperas; esta preocupación no supone una búsqueda de lenguajes diferentes a los modelos europeos, más allá de la presencia de algunos rasgos rítmicos de manifestaciones populares urbanas del Brasil de la segunda mitad del siglo XIX. En su lenguaje predominan los elementos italianos, si bien aparecen rasgos que demuestran su interés por Wagner, el que lo lleva a quedar inserto en la lucha entre belcantistas y wagnerianos.  Sus analistas consideran que irrumpe en el espacio hegemónico europeo con una mirada en la que predomina el exotismo y un tratamiento romántico de los temas, de manera que no propone una ruptura con los modelos citados.
Fosca  es una ópera en cuatro actos, con libreto en italiano de Antonio Ghislanzoni, basada en la novela La festa delle Marie  de Luigi Capranica, a su vez inspirada en una leyenda de piratas basada en un suceso veneciano del siglo X.  Fosca es una historia de piratas, y la heroína es la hermana del jefe de la banda.
La ópera , estrenada en La Scala de Milán en 1873, se caracteriza por el abundante uso de temas y leit-motifs al servicio del desarrollo dramático; también debe señalarse la maestría del vínculo entre texto y música como medio de expresión de las emociones. El compositor introduce un nuevo estilo vocal en el personaje femenino, con largas frases desarrolladas en los registros bajo y central de la voz y violentos ascensos hacia el registro más agudo y más grave; estas líneas melódicas se consideran un antecedente del verismo. Gomes consideraba a Fosca como su mejor ópera, a pesar del fracaso inicial y de los sucesivos ajustes de la partitura.
La Obertura  comienza con un tema enérgico, un leit motif relacionado con el honor de los piratas, el cual reaparece una y otra vez; le sigue un material que la crítica ha señalado como emparentado con el preludio de Lohengrin – estos tipo de rasgos puso a Gomes en medio de la querella musical ya mencionada – y luego se retorna al tema inicial. Los procedimientos son los esperables para una obertura, pero resultan efectivos y resumen la posición estética del compositor y la práctica de la época.

Ralph Vaughan Williams – Concierto para oboe y orquesta de cuerdas

Luego de iniciar su formación en el ámbito familiar, Williams (Gloucestershire, 1872 - Londres, 1958) estudió en wn el Trinity College y el Royal College of Music. En Berlín recibió clases de Max Bruch y en París de Maurice Ravel, su mayor influencia musical. Buscó crear un lenguaje musical enraizado en su país, por lo que se interesó en la música popular inglesa y en los géneros históricos del mismo origen. Desarrolló investigación sobre la música popular con Gustav Holst. Su ideología socialista lo llevó a defender un lenguaje que pudiera alcanzar a quienes no tenían una formación musical académica. Entre su muy numerosa producción destacan las Sinfonías, en especial  la N° 6, por su popularidad.
El Concierto para oboe y orquesta de cuerdas es considerado dentro de las obras con mayor madurez del compositor. Está dedicado a Léon Goossens, oboísta  virtuoso homenajeado por varios compositores, entre ellos Benjamin Britten.  Vaughan Williams comenzó a trabajar en la obra en 1943, poco después de completar su Quinta Sinfonía, con la que comparte varios elementos estilísticos. De hecho, el concierto comenzó como una revisión del scherzo originalmente destinado a esa Sinfonía. El estreno estaba programado para julio de 1944, pero debido a la amenaza de bombardeo sobre Londres, fue estrenado en Liverpool, en setiembre, en un concierto de la Royal Liverpool Philharmonic, dirigido por Malcolm Sargent.
Este concierto tiene un componente cíclico: cada movimiento comienza y termina con el mismo tema pentatónico. El Primer Movimiento muestra claramente la forma de rondó, con los retornos temáticos esperables; los cambios estructurales se manifiestan en la orquestación. A su inicio dos acordes a cargo de la orquesta marcan el la dórico que caracterizará al primer tema a lo largo del movimiento. La melodía inicial y el protagonismo del oboe proporcionan el carácter pastoral anunciado en el título. En el Segundo Movimiento  el compositor inserta como primera parte del minuetto un ritmo tradicional ternario acompañado de un contrapunto imitativo; agrega luego la musette. El uso de estas danzas está relacionado  la investigación realizada por el compositor. El Scherzo  final está dividido en tres partes, articuladas por el carácter rítmico de corcheas a gran velocidad pero con materiales contrastantes a pequeña escala. El Concierto  es ejemplo de la capacidad de Willians respecto a la utilización de materiales tradicionales junto a propuestas innovadoras.

Antonin Dvorak  - Sinfonía N° 9 en mi menor, opus 95,  “Del Nuevo Mundo”.

La producción de Antonin Dvorak (Nelahozeves, Bohemia, Imperio Austríaco, 1841 - Praga, Bohemia, Imperio Austrohúngaro, 1904), suele asociarse al nacionalismo checo de Bedrich Smétana; en realidad, luego de etapas en las que elabora los modelos técnicos y formales de Mozart, Beethoven, Mendelsohn, y luego los aportes románticos de Liszt y Wagner, hacia la época de su Quinta Sinfonía (1875) su experimentalismo deja paso a una mayor atención a la forma clásica, las melodías simétricas y una menor exploración en el campo armónico. Al mismo tiempo, comienza a incorporar elementos del folklore eslavo provenientes de su estudio de colecciones folklóricas así como de su relación con Smétana y Janácek.
En junio de 1891 Dvorak fue invitado por Jeannette Thurber, presidente del National Conservatory of Music de Nueva York para ocupar el puesto de director artístico y profesor de composición; permaneció en Estados Unidos entre 1892 y 1895. Representante del Romanticismo tardío con inclinación nacionalista, planteó que el buscado desarrollo de una música estadounidense debía ir a las fuentes de las músicas indígenas y afroamericanas; a este tema dedicó clases y artículos, con opiniones rotundas al respecto: «Estoy convencido de que el futuro de la música de este país debe estar basado en lo que se suele llamar melodías negras. Estas pueden ser la base para una seria y original escuela de compositores que se puede desarrollar en los Estados Unidos”. Estas músicas tradicionales aparecen incorporadas en esta Sinfonía, pero a la manera del “follklore imaginario” de Bartok: “No he usado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que incorporan las peculiaridades de la música indígena y, usando estos temas, los he desarrollado con todos los recursos de los ritmos modernos, contrapunto y color orquestal”. La obra contiene también un elemento programático: el poema Song of Hiawatha del estadounidense Henry Wadsworth Longfellow (1897 – 1882) constituyó una  inspiración directa para el segundo movimiento. Hiawatha  fue el conductor de las naciones aborígenes para constituir la  Confederación Iroquesa hacia 1450.
El Primer Movimiento ya plantea el tema cíclico que aparece en toda la obra, con mayor o menor evidencia. El Segundo Movimiento es el más conocido de la sinfonía; en él se desarrolla la idea programática basada en Hiawatha. Luego de una gran intervención de los metales, el corno inglés presenta la melodía más conocida, inspirada en canciones del Far West.  El Tercer Movimiento, por su parte, no se basa de igual manera en las músicas tradicionales estadounidenses. Por el contrario, surge aquí la influencia de la música académica europea, en particular de los scherzi de Beethoven. También incluye elementos de la música tradicional de Europa central. Así, pues, el mundo del compositor no está ajeno a esta Sinfonía. El Allegro con fuoco final resume y vincula los temas recorridos en la obra.
La Sinfonía del Nuevo Mundo busca sintetizar su encuentro de culturas, con el trasfondo de sufrimiento y crueldad con que fueron tratadas por los poderes dominantes. En un siglo en el que todavía se linchaba a los afroamericanos y los indígenas fueron recluidos en reservas, Dvorak elabora una obra quizás utópica, donde las culturas conviven a través de reelaboraciones del propio compositor.


Marita Fornaro Bordolli
Centro de Investigación en Artes Musicales y Escénicas
Departamento de Ciencias Sociales, CENUR Litoral Norte
Universidad de la República