CONCIERTO INAUGURAL DE LA TEMPORADA PRINCIPAL

6 de abril, 19:30hs, Teatro Solís

 

Dirige: Martín García

 

Obras:

GIUSEPPE MARTUCCI – Nocturno Nº1 (9')

GUSTAV MAHLER – Sinfonía Nº1 (54')

 

Entradas en venta en Tickantel y boletería del teatro, precio único $360.

 

MARTÍN GARCÍA
Director Artístico y Musical de la Orquesta Filarmónica de Montevideo


Desde enero de 2022, Martín García es Director Artístico y Musical de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, elenco con el que debutó profesionalmente a los veintiún años siendo alumno de Federico García Vigil.

Su actividad como director sinfónico se extiende a lo largo de más de dos décadas al frente de más de veinte orquestas de Uruguay, Argentina, Brasil, España, Italia, Ucrania y Estados Unidos. En los años 2016 y 2017 se desempeñó como Director Artístico Musical de la Orquesta Sinfónica del SODRE.

Invitado por Julio Bocca en 2010, dirige musicalmente casi doscientas funciones del Ballet Nacional del SODRE, incluyendo las de la Gira por España 2016.

En 2004 fue galardonado con el 2º Premio en el Concurso Internacional de Directores Vakhtang Jordania realizado en Ucrania. En 2010 recibió un Premio Morosoli a la Cultura y en 2014 recibió un reconocimiento del Teatro Solís a diez años de su reapertura.

Es profesor de Dirección Orquestal en el Instituto de Música de la Facultad de Artes, donde además realiza proyectos de investigación sobre música uruguaya.

La formación de García como director incluye una Licenciatura de la Escuela Universitaria de Música de Montevideo, una Maestría en la Universidad del Norte de Colorado (EEUU) y los cursos de la prestigiosa Academia Chigiana de Siena con Gianluigi Gelmetti. Complementó su formación con estudios de composición, prácticas interpretativas y dirección coral.

 

Giuseppe Martucci - Nocturno opus 70,  N° 1

Giuseppe Martucci (Capua, Campania, 1856 – Nápoles, 1909), hijo de un trompetista y director de orquesta, fue un niño prodigio que comenzó a presentarse en público a los ocho años interpretando conciertos para piano; a los once ya era estudiante del Conservatorio de Nápoles. Como pianista desarrolló una carrera europea, elogiado por Anton Rubinstein y por Franz Liszt. Fue también docente en los conservatorios de Nápoles y Bolonia; desde 1902 fue director del Real Conservatorio de Música de Nápoles. Su alumno más conocido fue Ottorino Respighi.
En 1881 comenzó su carrera de director, y desde esa faceta fue responsable de hacer conocer en Italia la música de muchos compositores europeos, entre ellos Beethoven, Schumann, Liszt, Brahms, Wagner, Franck, Lalo y las escuelas inglesas. Dirigió la primera presentación de Tristán e Isolda en Italia (Bolonia, 1888).
Martucci representa una posición singular para el ambiente musical italiano de la época, ya que no adhirió al movimiento operístico. Centró su producción en la música sinfónica y la música para piano. Sus obras pueden insertarse en una estética romántica, con influencias de Wagner, Brahms, Schumann, Liszt (como puedo apreciarse con claridad en su Concierto para piano y orquesta N° 2 op. 66) pero también atendió a la música popular italiana (presente sobre todo en sus composiciones para piano). La crítica ha definido su estilo como una dualidad que une el sinfonismo romántico y la cantabilidad de la música tradicional italiana.
Este Nocturno ejemplifica dicho estilo. Ya el género elegido es típicamente romántico. El nocturno aparece en el siglo XVIII como pieza breve, de forma abierta, concebida inicialmente para piano, que permitía desarrollar melodías de carácter lírico. Este aspecto  se acentúa durante el romanticismo; por ejemplo, en la sobresaliente producción de Chopin.
Martucci escribe esta obra para piano, para luego orquestarla. Crea una atmósfera casi impresionista con excelente manejo de la orquestación de las cuerdas, en diálogo con las maderas. El aire de moderato, los valores largos en los vientos, el muy buen empaste de éstos con las cuerdas resumen las características del género en esta versión sinfónica.

Gustav Mahler – Sinfonía N° 1 en Re Mayor (“Titán”)

Gustav Mahler (Kaliště [Kalischt]  Bohemia, actualmente República Checa, 1860 - Viena,  1911) desarrolla, además de su trabajo como compositor, una brillante carrera como director de orquesta. Su obra es considerada una expresión del modernismo germano que se asocia también a Richard Strauss. Es uno de los compositores y directores de orquesta más importantes del post-romanticismo.
Mahler construye un complejo mundo estético que recoge rasgos beethovenianos, elementos del romanticismo de Schubert y Liszt y de la monumentalidad sinfónica de Wagner. Conecta el mundo romántico  con los nuevos lenguajes de comienzos del siglo XX, y aunque, no los adopta, los apoya, y es admirado por las figuras centrales de la Segunda Escuela de Viena.  La producción de Mahler se centra en su obra sinfónica, con nueve sinfonías (y una décima bocetada) y los ciclos de lieder, muchos concebidos para voz y orquesta. 
Mahler esboza esta Primera Sinfonía en Cassel, (1885); en Liepzig termina su primera versión (1888), en dos partes y cinco movimientos, que es estrenada en Budapest (1889), donde Mahler dirigía la Ópera. Las dos partes se titulaban De los días de la juventud, flores, frutos y espinas y Comedia humana.  Luego de otras interpretaciones, la versión definitiva en cuatro movimientos se estrena en Berlin, en 1896.  Todas estas versiones fueron dirigidas por el propio Mahler. Al presentarla en Hamburgo aparece el título: Titan, poème symphonique en forme de symphonie, que evoluciona a Symphonie “Titan” para luego desaparecer; Mahler también elimina los títulos de los movimientos y las partes. ”Titan” refiere a un novela escrita en 1797 por Jean Paul sinónimo de Paul Richter (1763 – 1825); su protagonista es un héroe cuya única arma es su fuerza interior compuesta de imaginación y de sueños. La trama programática de la obra, sin embargo, tiene carácter autobiográfico.
La Sinfonía se incluye en el primero de los tres períodos que se han identificado para la producción de Mahler,  desarrollado entre 1880 a 1901. Esta etapa incluye los Lieder eines fahrenden Gesellen y las primeras cuatro sinfonías. En este periodo la creación de Mahler está estrechamente ligada al concepto de música programática.
Los movimientos impares de la Primera Sinfonía elaboran temas y ambientes de los Lieder eines fahrenden Gesellen.  El Primer Movimiento,  con forma bastante laxa de allegro de sonata, alude tímbricamente a la naturaleza, por ejemplo, con la presencia de los clarinetes. En la exposición los violonchelos presentan una melodía del segundo de los citados Lieder. El resto del movimiento, con variaciones de tempo y tímbrica, recurre reiteradamente a esta melodía. La sección de desarrollo comienza con una variación de la introducción. Las trompas presentan luego una marcha con carácter de fanfarria, seguida de los temas de la exposición en forma combinada. La reexposición está construida sobre el tema de la fanfarria. Todo el movimiento, por momentos marcadamente descriptivo, en su concepto inicial era un canto a la primavera. Representaba el despertar de la naturaleza y, de manera metafórica, el nacimiento de Titán, el héroe del argumento original. Como ya se ha dicho, Mahler elimina luego toda alusión programática.
El Segundo Movimiento es un ländler, danza popular austríaca de carácter ternario, una melodía que se reitera en variaciones. En su centro se desarrolla un vals lento con función de trío; al final se retoma el ländler. El Tercer Movimiento toma el aire de una marcha fúnebre basada sobre una versión  de la canción popular Bruder Martin (conocida en Francia y más allá como Frère Jacques). La crítica ha señalado que este movimiento resume el talento de Mahler para expresar musicalmente aspectos irónicos, paródicos, líricos. La melodía de la canción es presentada en re menor mediante un procedimiento de canon, con intervención humorística del oboe. Se van agregando temas, entre ellos uno de los Lieder ya citados; Bruder Martin reaparece en sucesivas muestras de cambio de carácter.
El Finale se opone totalmente al desarrollo anterior de la Sinfonía, pues presenta un carácter dramático. Desde el punto de vista programático su finalidad era la descripción de tres tentativas de aportar luz a una reconquista del mundo. Mahler presenta estos intentos a través del juego de tonalidades y de retornos a los motivos iniciales de la obra, al Primer Movimiento. El comienzo es sorpresivo, desde el tratamiento de las cuerdas y el protagonismo de trompetas y trombones. EL dramatismo se logra mediante la orquestación, la alternancia de pasajes líricos y enérgicos y los juegos en la dinámica. Cuando se afirma que Mahler representa la culminación del género sinfonía, debe tenerse en cuenta que la Primera es “sólo” el comienzo de una empresa que alcanza carácter monumental y, al mismo tiempo, el final brillante de la evolución de un lenguaje. Las rupturas ya estaban presentadas, pero el compositor elige otro camino, a la vez acorde con el pasado pero rupturista en cuanto a la singularidad de sus opciones expresivas.

Marita Fornaro Bordolli
Centro de Investigación en Artes Musicales y Escénicas
Departamento de Ciencias Sociales
CENUR Litoral Norte, Universidad de la República