ANDINA

Miércoles 5 de octubre de 2022, 19:30h.
Sala Zitarrosa
Apoya: Embajada de Chile

Orquesta Filarmónica de Montevideo
Directora invitada: Alejandra Urrutia
Solista: Javier Toledo

Programa:

Primera parte
CARLOS ZAMORA
Vilama – La muerte del río para orquesta de cuerdas (14ʼ)

W.A. MOZART
Concierto para piano en La mayor Nº23 K.488 (25ʼ)

Solista: Javier Toledo

Segunda parte
FÉLIX MENDELSSOHN
Sinfonía Nº4 Op.90 “Italiana” (28ʼ)
 

 


Alejandra Urrutia
Directora

En 2020 la Sociedad Mahler de México la premió con el Galardón Mahler, el cual ha sido concedido a Sir Simon Rattle, Bernard Haitink y Gustavo Dudamel, entre otros.
Fue finalista del Taki Alsop Conducting Fellowship 2022 para ser parte parte de su mentoria para directoras mujeres. En marzo de 2022 debutó con la Orquesta Filarmónica de Santiago, Chile. Durante el 2021 debutó en Europa con la Orquesta Sinfónica Biel Solothurn en Suiza y obtuvo el “Special Prize” en el Only Stage International Conducting Competition (Reino Unido).
Actualmente es Directora Titular de la Orquesta de Cámara del Municipal de Santiago - Ópera Nacional de Chile. Fue directora titular de la Orquesta de Cámara de Chile y, anteriormente, la directora titular de la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe, Argentina, por tres años. Es, además, Directora Artística y Musical del Festival & Academia Internacional de Música Portillo y del Gran Concierto por la Hermandad, y directora residente de la Orquesta de las Américas.
Desde 2017 ha sido directora asistente del maestro Iván Fischer junto a la Budapest Festival Orchestra y la Konzerthaus Orchestra en Berlín.

Nacida en Concepción, Chile, ha estudiado con maestros como Robert Spano y Hugh Wolff en la American Academy of Conducting at Aspen, además de participar en cursos con los maestros Marin Alsop, Kenneth Kiesler, Gustav Meier, Hans Graf, Larry Radcleff y Murry Sidlin. Ha trabajado internacionalmente como directora, violinista y educadora, y su formación académica y doctorado los realizó en la Universidad de Michigan en Estados Unidos.

Alejandra Urrutia es una artista de Fanjul&Ward.

 

 

Javier Toledo
Pianista

Músico con una ecléctica formación y actividad musical que va desde la interpretación de la música del S. XVIII en instrumentos de época hasta la música típica ciudadana.

Actualmente se desempeña como pianista del Conjunto Nacional de Música de Cámara del Sodre e integra el Ensamble del Río de la Plata. Es director, arreglador y compositor del quinteto de tango Malbaraje e integra el dúo Mira La Rama.

Ha actuado como solista junto a la Ossodre, Orquesta Filarmónica de Montevideo al piano y junto al CNMC del Sodre y la orquesta de la Hofmusik-Akademie del SWR Festspiele en Alemania en fortepiano, trabajando bajo la dirección de Helmuth Reichel, Ligia Amadio, Jaap ter Linden y Midori Seiler.

Como pianista solista e integrante de conjuntos de Cámara se ha presentado en las salas más importantes de Montevideo e interior del país, así como en Argentina, Brasil, Alemania, Bélgica y Dubai.

Nacido en Montevideo, es Licenciado en Interpretación Musical de la Escuela Universitaria de Música de la UdelaR donde se desempeña como Profesor Adj. de la Cátedra de Lecturas sobre el Teclado y Pianista acompañante. Estuvo radicado en Bélgica donde realiza estudios de postgrado en Piano en el Imep y obtiene el Máster en Fortepiano en el Conservatorio Real de Bruselas.

 

 

 

Carlos Zamora – Vilama. La muerte de un río

Carlos Zamora (Calama, Chile, 1968) estudió música en la Universidad de Concepción, en la Universidad de Chile (Licenciatura en Composición y Maestría en Artes) y obtuvo su doctorado en la Universidad de York. Su abundante producción, desde 1987 a la actualidad, incluye obras para muy diversas formaciones. Ha desarrollado también una importante carrera como director y como gestor, incluso como fundador de instituciones musicales. Es uno de los compositores chilenos de mayor presencia en el repertorio de orquestas a nivel internacional; ha recibido múltiples premios en una carrera intensa y diversa.
La música de Zamora reúne tradiciones divergentes. En ella ocupa un lugar importante su visión de las músicas tradicionales y populares: ha dedicado obras a instrumentos indígenas – aspecto vinculado a su ascendencia, pues el compositor pertenece a la cultura atacameña de los lican-antay de San Pedro de Atacama – y a nombres fundamentales de la música popular chilena como Víctor Jara y Patricio Mann, pero también ha atendido a los géneros europeos y ha desarrollado un lenguaje que une elementos de música tradicional latinoamericana con los cánones europeos. Como el propio compositor manifiesta, “mi incursión en la música precolombina, más que un interés musicológico es un rescate emocional”.
Su Vilama para orquesta de cuerdas juega con una especie de melodía continua que se desarrolla en diálogo entre los diferentes registros de las cuerdas, con cambios en la dinámica. Pero este fluir cambia repentinamente hacia la mitad de la obra, con glissandos y efectos en el ataque de las cuerdas que dotan de dramatismo al desarrollo. Esta ruptura momentánea puede leerse como expresión de la mirada mestiza y reflexiva de Zamora sobre el mundo trágico de las culturas indígenas y de la tierra que fue suya y también es olvidada en nuestra globalidad contemporánea.

Wolgang Amadeus Mozart - Concierto No. 23 en La mayor para piano y orquesta,  K 488

Mozart (Salzburgo, 1756 – Viena, 1791) compuso sus veintisiete conciertos para piano entre 1767 y 1791, en un trabajo que tuvo como resultado la consolidación del género en su expresión clásica. La estructura de estos conciertos es ejemplo del concepto de clasicismo: predominio de la forma, tonalidades seguras, pero también virtuosismo y abundancia de ideas originales, con gran elaboración de la estructura motívica en el plano melódico. Los conciertos se estructuran en tres movimientos, como lo prescribía la época; un primer movimiento rápido, en forma sonata, un segundo movimiento lento, que podía tomar las formas de sonata abreviada, aria, romanza, entre otras, y un rondó. Todos los conciertos de Mozart están escritos en tonalidades mayores, con dos excepciones: el N° 20, en re menor,y el N° 24, en do menor. 
El Concierto N° 23 fue compuesto en Viena junto al N° 22 en Mi bemol Mayor, K 482, y el N° 24 en do menor, K 491, al tiempo que Mozart escribía la ópera Las bodas de Fígaro. Este Concierto, junto con el N° 22, representa un retorno temporal al estilo “popular”. Incluso su tonalidad, La Mayor, implica un mensaje de brillantez. Sin embargo, en el Segundo Movimiento el compositor opta por la tonalidad de fa sostenido menor, única vez que la utiliza en su producción. Críticos y musicólogos han marcado un cierto carácter operático en este movimiento; el contexto de composición explicaría este rasgo. El tema es presentado por el piano solo al comienzo de la sección y precedido por una orquestación colorida que destaca los pasajes entre los vientos y las cuerdas en pizzicato. El Tercer Movimiento es un rondó, en ocasiones oscurecido por la trasposición a tonalidades un tanto lejanas y con una sección central cuyo inicio en fa sostenido menor se ve interrumpido por una melodía de clarinete en Re Mayor, que los analistas han interpretado como influencia de la ópera bufa en este género.  En el final el Concierto retorna a la tonalidad principal, La Mayor, aunque con algunas reminiscencias hacia la tonalidad del último movimiento.  Clasicismo, pues, pero con la originalidad mozartiana generando canon creativo e interpretativo.

Félix Mendelssohn-Bartholdy  - Sinfonía no.4, Op.90

Félix Mendelssohn-Bartholdy (Hamburgo, 1809 – Leipzig, 1847)  nace en el seno de una familia de alto poder económico, y en su hogar, desde su niñez, se relaciona con músicos, filósofos, poetas. Hegel fue su profesor de estética, y es conocida su relación con Goethe, cuando este último ya tenía más de ochenta años y el joven sólo doce.. En este ambiente Félix y Fanny su hermana, fueron estimulados a la creación y al disfrute de las artes  (sin embargo, Félix, a pesar de su casi patológico amor por su hermana,  se opuso tenazmente a su carrera  como compositora, otro ejemplo de la hegemonía de género en la historia de la composición académica).
Dentro de su numerosa y variada producción como compositor – también se destacó como director y pianista – sobresalen sus sinfonías. Mendelssohn, más conservador que otros románticos, maneja elementos de estructura formal y armónica con más prudencia que otros contemporáneos. Este elemento conservador se aprecia en sus sinfonías.
El compositor se interesó profundamente por las diversas culturas europeas, y recorrió varias regiones del continente. Es considerado como uno de los primeros partidarios del europeísmo moderno, basado en la unión voluntaria en la diversidad y no en la unión lograda por la hegemonía política o militar de un determinado imperio o país.  Se considera que esta Sinfonía, estrenada en 1833, fue inspirada por un viaje a Italia, por lo que se la denomina “La Italiana”.
El Primer Movimiento, allegro vivace, presenta como singularidad la ausencia de introducción, generalmente en forma de adagio, propia del clasicismo.   Incluye dos temas melódicos claramente diferenciados entre sí que se combinan durante el movimiento.
El Segundo Movimiento, andante con moto, supone un corte afectivo con el primero. El compositor se habría inspirado en la impresión que le produjo la primera procesión religiosa que presenció en Nápoles - Mendelssohn, de origen judío, era protestante como su padre, por lo que siente la extrañeza del ritual católico popular. Tras ese corte se desarrolla un tema melódico, primero a cargo de las violas y luego de los violines. Mendelssohn lo adapta libremente de un tema de Carl Friedrich Zelter, quien a su vez se había basado en una canción del folklore checo para acompañar el poema El rey de Thule de Goethe. Este elemento se ha interpretado como un homenaje a su viejo amigo de la adolescencia; Mendelssohn emprendió su viaje a Italia afectado por la muerte de Goethe.
El Tercer Movimiento, con moto moderato, está escrito en forma de minuetto, con trío central. Constituye una especie de pasaje, una preparación para el Cuarto, Saltarello (presto). SI bien la crítica interpreta este movimiento como un homenaje a la ciudad de Nápoles, donde se bailaba esta danza de “saltos altos”, en ronda, de práctica medievo-renacentista, debe anotarse que esta expresión coreográfica estaba difundida por diversas regiones de Italia. En resumen, la inspiración y la tímbrica de la obra remiten al romanticismo, mientras la forma está anclada en el clasicismo: un compendio del enfoque estético del compositor.

Marita Fornaro Bordolli
Centro de Investigación en Artes Musicales y Escénicas
Departamento de Ciencias Sociales
CENUR Litoral Norte, Universidad de la República