Festival Pianissimo con Andrea Lucchesini

Festival PIanissimo con la cooperación del Instituto Italiano de Cultura

Directora: Ligia Amadio

Solista: Andrea Lucchesini (piano, Italia)

 

Programa:

JOHANNES BRAHMS

Concierto nº1para piano y orquesta, op. 15 (44')

JOHANNES BRAHMS

Sinfonía nº3, op. 90 (33')

 

ANDREA LUCCHESINI

Lucchesini es conocido internacionalmente desde su victoria en el Concurso Dino Ciani, de L'Scala de Milán. Fue alumno de Maria Tipo y durante su apretada agenda de conciertos, ha trabajado con Claudio Abbado, Semión Bychkov, Roberto Abbado, Riccardo Chailly, Dennis Russell Davies, Charles Dutoit, Daniele Gatti, Gianluigi Gelmetti, Daniel Harding, Gianandrea Noseda y Giuseppe Sinopoli.

Cuenta con varias grabaciones que datan de la década de 1980 para EMI Internacional y grabó el Pierrot Lunaire de Schoenberg y Concierto de cámara de Berg para Teldec con la Orquesta Estatal Sajona de Dresde dirigido por Giuseppe Sinopoli.

Para BMG, el pianista grabó el Concierto Echoing Curves de Luciano Berio bajo la dirección del mismo compositor. Esto marcó uno de los hitos de su estrecha colaboración con Berio. Lucchesini estrenó mundialmente la última y desafiante Sonata de este compositor en 2001; esta obra —junto con otras piezas para piano de Berio— forma parte de un CD para AVIE Records que fue recibido con favorable unanimidad por la crítica internacional. Centra su interés también en el resto de la música del siglo XX, de compositores que incluyen a Alban Berg y Arnold Schönberg.

Sus interpretaciones de Chopin son muy elogiadas, así como sus grabaciones en vivo del ciclo completo de las 32 sonatas de Beethoven para Stradivarius. Este trabajo fue considerado “CD del mes” por la prestigiosa revista alemana Fonoforum en agosto de 2004.

Desde 1990 ha dedicado su atención a la música de cámara, incluyendo en particular una cercana colaboración con el violonchelista Mario Brunello; y desde 2005 es Director Artístico del Festival de Música de Cámara de Florencia.

Lucchesini también se ha dedicado a la enseñanza. Actualmente enseña en la Scuola di Musica di Fiesole, institución de la cual es director artístico desde 2008. Frecuentemente es invitado a dar clases magistrales en instituciones musicales de Europa como la Musik Höchschule en Hannover, el Sommer Wasserbuger Festspiele y el Musik Höchschule en Salzburgo. Además, es invitado como jurado de numerosos concursos para piano en todo el mundo y fue nombrado Académico de Santa Cecilia en 2008.

Su grabación de los Impromptus de Schubert para AVIE Records en 2010 recibió una respuesta entusiasta de la crítica en todo el mundo.

 

 

Johannes Brahms - Concierto para piano y orquesta Nº 1 en re menor Op.15.

 

 

Johannes Brahms (Hamburgo, 1833 – Viena, 1897), compositor conservador con aspectos clásicos dentro de un contexto romántico, compuso cuatro conciertos para instrumentos solistas y orquesta: dos para piano, uno para violín y el doble concierto para violín y violonchelo. El Concierto para piano y orquesta N º 1 en re menor tuvo una larga elaboración, entre 1854 y 1859; el compositor tenía veinte años inicia su escritura. Se estrenó en Hannover el 22 de enero de 1859. En la decisión de Brahms respecto a incursionar en este género incluyen los cambios que sufre su carrera a partir de 1853: junto con el compositor y violinista Eduard Reményi realiza una gira por el norte de Alemania, durante la cual conoció al violinista Joseph Joachim, quien lo alentó a tomar contacto con otros músicos importantes, entre ellos Schumann; en Weimar conoció a Liszt. El vínculo con Schumann y Clara Wieck se profundizará y será fundamental en su vida profesional y personal. Además, a fines de 1853 recibió la confirmación de sus primeras publicaciones por parte de la editorial Breitkopf y Härtel.

En este período Brahms se encuentra en una etapa de maduración de su escritura orquestal; de hecho, el Primer Movimiento tiene su origen en el Allegro de una sonata para dos pianos. Brahms comenzó su orquestación con la colaboración de Joachim y de los compositores Julius Otto Grimm y Eduard Marxsen. Recién en febrero de 1855 consideró convertir el movimiento sinfónico en un concierto, que completó en el otoño de 1856. El Rondó-Finale y el Adagio fueron concebidos más tarde. Pero tanto la forma como la orquestación fueron modificadas incluso luego de las primeras interpretaciones en público en Hannover y Leipzig en enero de 1859, en las que el rechazo del público fue fuerte. Fiel a su carácter vacilante respecto a los resultados pero de confianza en su capacidad, el compositor no abandonó la obra sino que continuó transformándola.

El estilo pianístico de Brahms se caracteriza por la plenitud de su sonoridad, el diálogo con la orquesta a la que no relega a un papel secundario, sus acordes quebrados, la duplicación de la línea melódica en octavas, terceras o sextas y un considerable empleo de ritmos complejos. El concierto es una muestra de su capacidad para relacionar los efectos pianisticos con la orquesta, reforzando además el rol de los instrumentos de viento; también la intervención de los timbales es destacada, desde los primeros compases del Primer Movimiento. El dominio de la escritura pianística se hace más evidente en el magnífico Rondó final, en el que se condensa virtuosismo y espíritu romántico.

 

 

Johannes Brahms – Sinfonía N° 3 en Fa mayor opus 90

 

Luego del extenso período dedicado a su Primera Sinfonía, y de componer la Segunda en unos pocos meses, Brahms deja pasar casi seis años antes de dar a conocer la Tercera, si bien la obra había sido esbozada en 1880. Escrita en el verano de 1883 en Wiesbaden, es estrenada en Viena en diciembre de ese año, bajo la dirección de Hans Richter. Durante ese lapso Brahms produce algunas de sus obras más importantes, como el Concierto para violín y el Concierto para piano N° 2.

Desde la primera interpretación esta Sinfonía obtiene un gran éxito, y rápidamente es estrenada en varios países europeos y en Estados Unidos. El propio Richter la denomina “Heroica”, en la constante búsqueda de asociación de su creador con la obra de Beethoven. Desde los augurios de Robert Schumann, quien lo describió como heredero elegido, “una sangre joven junto a cuya cuna montan guardia las Gracias y los Héroes”, y por su propia admiración hacia el maestro, Brahms siente el peso de esa responsabilidad y la expectativa sobre su producción.

La Tercera Sinfonía es de carácter cíclico, aspecto que se reitera en compositores románticos. El tema de inicio reaparece en el último movimiento de la obra; también el segundo tema del Andante; el Poco Alegretto es también cíclico en su forma interna.

El Primer movimiento comienza con tres acordes presentados por los vientos, sobre la base de los sonidos fa, la bemol y fa. Corresponden a las letras FAF, que simbolizan una frase conocida del compositor: "Frei aber froh" (“Libre pero feliz”). El Segundo movimiento, por su carácter, sugirió a Clara Wieck el siguiente comentario: “Escucho, atenta, el murmullo de la plegaria que siento elevarse por encima de la capilla silvestre; escucho la voz de los riachuelos, la danza de los escarabajos y de los mosquitos. Es un zumbido y un cuchicheo; una se siente como prisionera de todas las delicias de la naturaleza”. Este comentario es absolutamente romántico en su desborde imaginativo, pero muy representativo de la estética del momento sobre las capacidades de la música para transmitir imágenes y sentimientos. Es paradójico respecto a la opinión de Brahms en relación a dichas capacidades; el compositor siempre mantuvo una opinión negativa respecto a la música programática.

En el Allegro final Brahms despliega una propuesta contraria a la tradición beethoveniana de un final triunfante. Se desarrolla en gran parte en la tonalidad de fa menor, y el tema de la introducción se reelabora y combina. El final en pianissimo es calmo, contra el uso de la época, pero representativo del carácter meditativo del compositor. La obra sintetiza, entonces, esa tensión característica de este romántico con tanta inclinación hacia lo clásico, y la evolución de su proceso compositivo, que, ya en su madurez, se aleja del genio admirado para mostrar, en plenitud, su propia capacidad de escritura sinfónica.

 

 

 

Marita Fornaro Bordolli

Centro de Investigación en Artes Musicales y Escénicas/

Escuela Universitaria de Música

Universidad de la República

 


 

 

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